martes, 29 de mayo de 2012

EL NIÑO Y EL ÁRBOL BONDADOSO

ESTE DÍA ESCRIBIRÉ UNA HISTORIA EN LA QUE QUIZÁS MUCHOS NOS IDENTIFICAREMOS YO ME IDENTIFIQUE MUCHO LA HISTORIA SE LLAMA " EL NIÑO Y EL ÁRBOL BONDADOSO" ESPERO PUEDA SER DE UTILIDAD EN SU VIDA MUCHAS BENDICIONES.



 
“Había una vez un árbol que amaba a un pequeño niño y todos los días el niño venía y recogía sus hojas para hacerse con ellas una corona y jugar al rey del bosque. Subía por el tronco, se mecía en sus ramas  y comía de sus manzanas;  ambos jugaban al escondite  y, cuando estaba cansado,  el niño dormía bajo su sombra. El niño amaba mucho al árbol  y el árbol era feliz.
Pasó  el tiempo y el niño creció. Razón que llevó a que el árbol pasará muchos momentos en soledad, sin la compañía de su amiguito.
Un día, el árbol vio venir a su niño y le dijo: ven niño, súbete a mi tronco y mécete en mis ramas y come mis manzanas y juega bajo mi sombra y se feliz.
Ya soy muy grande para trepar y jugar, dijo él. Yo  quiero comprar cosas y divertirme. Necesito dinero, ¿podrías dármelo?
Lo siento, dijo el árbol,  yo no tengo dinero, solo tengo hojas y manzanas, coge mis manzanas y véndelas en la ciudad, así  tendrás dinero y serás feliz.
Y sin ningún reparo así lo hizo el antiguo niño ahora convertido en adulto. Subió al árbol, muchísimas veces, como en el pasado,  recogió las manzanas y se las llevó, las vendió, compró todo lo que deseó y el árbol se sintió feliz.
Luego pasó mucho tiempo  y su niño no volvía… y el árbol estaba triste. Y entonces, un día regresó y el árbol se agito alegremente y le dijo: ven niño, súbete  a mi tronco mécete en mis ramas y se feliz.
Estoy muy ocupado para trepar árboles, dijo él. Necesito una casa que me sirva de abrigo; ¿puedes tu dármela?
Yo no tengo casa, dijo el árbol,  pero puedes cortar mis ramas y hacerte una casa. Entonces serás feliz.
Y así, sin ningún cargo de conciencia, él cortó las ramas y se las llevo para construir su casa. Y el árbol se sintió feliz. Posterior es esto pasó mucho tiempo y su niño no volvía. Y, cuando regresó, el árbol estaba tan feliz que apenas pudo hablar. Ven niño, susurró,  ven y juega.
Estoy  muy adulto y triste para jugar, ahora quiero un bote que me lleve lejos de aquí ¿puedes tu dármelo?
Corta mi tronco y hazte un bote, dijo el árbol, entonces podrás navegar lejos y serás feliz.
Y una vez más sin vergüenza, sin dolor, el hombre cortó el tronco, y se hizo un  bote y navegó lejos.
El árbol, como en todas las anteriores oportunidades que todo lo entregó se sintió feliz… pero no realmente.
Y después de mucho tiempo su niño (quien en la realidad ya estaba en la tercera edad) volvió nuevamente. El árbol con una expresión de tristeza, ya no movió sus ramas como en todas las anteriores oportunidades, y solo atinó a exclamar: Lo siento, niño, pero ya no tengo nada para darte; ya no me quedan ramas, ni hojas, ni frutos.
Estoy muy viejo y enfermo para mecerme en ellas, respondió.
Ya no tengo tronco, dijo el árbol.
Estoy muy cansado para trepar afirmó el abusivo amigo.
Lo siento mucho exclamó el árbol ante el infortunio de quien nunca había dejado ver como un niño. Quisiera poder darte algo… pero ya no me queda nada. Todo te lo llevaste. Solo soy un  viejo pedazo de tronco.
Lo siento por todo el maltrato que te di, respondió el anciano. Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar tranquilo para reposar y pasar mis últimos días. Estoy muy cansado.
Bien dijo el árbol reanimándose, un viejo pedazo de tronco como yo todavía es bueno para sentarse  y descansar. Ven niño, siéntate y descansa. Y él se sentó. Y el árbol fue muy feliz”.

Si lo vemos del lado espiritual Jesús es el árbol al que constantemente pedimos muchos favores y nos afanamos mucho en que el tiene que suplir mis necesidades sin pensar en que podemos darle a El a cambio sino que nos cerramos a que solo el "nos de, nos de y nos de" pensemos en que el necesita que tu y yo llevemos su palabra al mundo entero, que llevemos la luz en medio de la oscuridad. Marcos 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.” 

Tu y yo debemos ser hacedores de la palabra

Santiago 1: 22, 23

“Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.
Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural”

 Otro punto interesante es que el Árbol nunca le dijo que no al niño, ahí podemos compararlo con Dios porque a pesar de la dificultad que pases tu puedes venir a Dios y pedirle la solución a tu problema y el te revolverá, quizás no de la forma que tu esperas pero si de la forma en que el considere ideal para tu vida amigo/a creeme Dios hace cosas que nosotros nunca imaginariamos y las hace PERFECTAS

 Bueno amigos/as espero que sea de su agrado esta reflexion soy nuevo en esto de los blogs pero quería compartiles esta historia. deja que Dios se mueva en tu vida, y haga cosas sobrenaturales a tu alrededor, deja que Dios te guié por su camino y sobre todo deja que Dios te bendiga siempre 

MUCHAS BENDICIONES!!!!  

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